domingo, 6 de septiembre de 2009

La última Inocencia.

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!

viernes, 4 de septiembre de 2009

Para Janis Joplin.

Para Janis Joplin

a cantar dulce y a morirse luego no:
a ladrar.
así como duerme la gitana de Rousseau
así cantás,
más las lecciones de terror.
hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo.
me pregunto si eso no aumentó el error.
hiciste bien en morir.
por eso te hablo,
por eso me confío a una niña mostruo.

La noche, de nuevo la noche,
la magistral sapiencia de lo oscuro,
el cálido roce de la muerte,
un instante de éxtasis para mí,
heredera de todo jardín prohibido.
Pasos y voces del lado sombrío del jardín.
Risas en el interior de las paredes.
No vayas a creer que están vivos.
No vayas a creer que no están vivos.
En cualquier momento la fisura en la pared
y el súbito desbandarse de las niñas que fui.
Caen niñas de papel de variados colores.
¿Hablan los colores? ¿Hablan las imágenes de papel?
Solamente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna por aquí.
Voy entre muros que se acercan, que se juntan.
Toda la noche hasta la aurora salmodiaba:
“Si no vino es porque no vino”.
Pregunto. ¿A quién?
Dice que pregunta, quiere saber a quién pregunta.
Tú ya no hablas con nadie.
Extranjera a muerte está muriéndose.
Otro es el lenguaje de los agonizantes.
He malgastado el don de transfigurar a los prohibidos
(los siento respirar adentro de las paredes).
Imposible narrar mi día, mi vía.
Pero contempla absolutamente sola la desnudez de estos muros.
Ninguna flor crece ni crecerá del milagro.
A pan y agua toda la vida.
En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída.
¿Y qué? Ojalá pudiera, vivir solamente en éxtasis,
haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo,
rescatando cada frase con mis días y con mis semanas,
infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra
de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir.

martes, 1 de septiembre de 2009

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.